Millones de personas en todo el mundo han descubierto hoy los beneficios de la estimulación nerviosa mediante TENS. Sin embargo, el tratamiento existe desde hace mucho más tiempo que hoy. Echemos un vistazo a su historia de génesis que se remonta más atrás de lo que piensas...

TENS antes del siglo XX

De hecho, los primeros tratamientos similares a TENS se produjeron ya en la antigüedad. Aunque durante mucho tiempo no hubo estudios científicos sobre la electricidad y la generación artificial de electricidad no se produjo hasta siglos después, hay fuentes que demuestran que los egipcios y los romanos usaban impulsos eléctricos para tratar el dolor mucho antes de Cristo. Por ejemplo, utilizaron anguilas eléctricas y bagres para generar las descargas.

A finales del siglo XVIII, los pulsos eléctricos se utilizaban como anestésico en procedimientos quirúrgicos. Sin embargo, a mediados del siglo XIX, este método de anestesia fue reemplazado por la anestesia, que era mucho más efectiva.

TENS durante el siglo XX

El gran avance de la terapia de estimulación eléctrica se produjo en la década de 1960, cuando se afianzó la teoría de la puerta de Ronald Melzac y Patrick Wall. La teoría afirma que el sistema nervioso central es capaz de modular los estímulos dolorosos, es decir, actúa como puerta de entrada, permitiendo que el dolor pase en mayor o menor medida. Estimulando el sistema nervioso, por ejemplo mediante un dispositivo TENS, era posible bloquear la transmisión de la señal de dolor (de los nervios al cerebro). Un gran avance.

Sin embargo, existía otro problema: los dispositivos que se podían utilizar eran todavía demasiado grandes y poco prácticos. Estaba esperando el avance de la microelectrónica, que la haría más compacta y más barata, de modo que incluso los particulares pudieran comprar un dispositivo.

Desde finales de la década de 1980, TENS y EMS se han convertido en elementos básicos de la terapia para el manejo del dolor.

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